En los últimos meses hemos hablado de cómo su cliente puede ser fácilmente víctima de un fraude electrónico. Sabemos que los agentes inmobiliarios son el principal objetivo de los hackers. Estos piratas informáticos entran en las cuentas de correo electrónico de los agentes inmobiliarios y controlan la actividad. Una vez que ven que se ha programado un cierre inmobiliario, crean un correo electrónico falso que se asemeja al del agente inmobiliario. A continuación, el hacker envía instrucciones falsas de transferencia al cliente, que a su vez transfiere los fondos del cierre a una cuenta fraudulenta. En cuestión de minutos, los ahorros de toda la vida desaparecen.
La semana pasada vimos la primera demanda relacionada con esta situación en la que la cuenta de correo electrónico de un agente inmobiliario de Rock Hill fue hackeada. El cliente del agente recibió entonces instrucciones falsas de transferencia para el bufete de abogados que parecían provenir del agente inmobiliario. El cliente llamó al bufete de abogados para confirmar el importe. En la demanda se alega que la conversación entre el comprador y el encargado del despacho de abogados debería haber alertado a éste de que las instrucciones de la transferencia no procedían de ellos. No obstante, el cliente giró casi 45.000 dólares al pirata informático y el dinero desapareció.
El cliente contrató a un abogado, que presentó una demanda contra el abogado de cierre alegando que éste tenía el deber fiduciario de asesorar al cliente sobre los "métodos por los que la entrega segura de dichos fondos podría verse comprometida" y "los riesgos e inseguridad de las comunicaciones por correo electrónico". Por último, la demanda alega que el abogado de cierre no advirtió a su cliente de que el bufete no había enviado ninguna comunicación.
Si bien esta demanda se refería al abogado encargado del cierre, la víctima podría haber formulado con la misma facilidad alegaciones similares contra el agente inmobiliario. No cabe duda de que el tribunal reconoce que los agentes inmobiliarios tienen ciertas obligaciones fiduciarias para con sus clientes. No es exagerado sostener que esos deberes podrían incluir el asesoramiento al cliente sobre el método seguro de entrega de fondos al abogado encargado del cierre, así como la advertencia al cliente de la posibilidad de que se produzcan correos electrónicos e instrucciones de transferencia falsos. Por último, un agente podría enfrentarse a un escrutinio por no haber utilizado un servicio de correo electrónico seguro. A la luz de los numerosos hackeos a Google y Gmail, un tribunal podría considerar que no es la cuenta de correo electrónico más segura para un agente inmobiliario, especialmente cuando su correduría ofrece una cuenta segura.
El agente debería considerar el uso de servicios de correo electrónico seguros ofrecidos por la agencia. Además, el agente debe tener conversaciones francas con su cliente sobre los peligros del fraude electrónico y los correos electrónicos pirateados. El agente debe notificar al cliente que nunca le enviará instrucciones de transferencia del abogado de cierre. Por último, el agente debe aconsejar al cliente que llame al abogado de cierre para verificar las instrucciones de transferencia antes de enviar cualquier dinero. Aunque tener otro documento firmado por el cliente puede parecer un anatema, tener una política escrita que el cliente firme podría protegerle de una demanda grave y costosa.
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